meli-thomarie

Frío. Si tuviera que elegir una palabra para lo que siento en este momento es esa. Tengo frío. Desde pequeños, nos enseñan a asociar el frío con las tragedias, el frío en las heladas estropea las cosechas, el frío destruye todo gramo de vida, lo congela, lo paraliza. Como el miedo. Pero creo que nadie ha entendido verdaderamente el significado de esa expresión, no como yo. Toda mi vida he estado atemorizada. He tenido miedo a tantas cosas que ni siquiera puedo contar cuantas. Crecí en el distrito 9, el responsable de aportar cereales a todo Panem. Es un lugar cálido y el invierno no se siente

La propuesta.- Desgraciadamente para mi, la clase de Matemáticas solo dura una hora. Y después de ella a mi me toca Lógica, mientras que a Fabio, Historia. Algo me dice que el director conspira para separarnos. ¡Que le den, señor Aspen!, con todo respeto, claro. Salimos del salón apenas sonó la campana que indicaba el cambio de clase. De verdad que no me quería separar de Fabio. Ya no íbamos tomados de la mano, pero iba caminando muy cerca mío. Mi salón era el que quedaba más cerca, aunque aun así desviaba a Fabio de su camino. Por eso no entendí por que insistió en

Día normal. Me desperté temprano por la mañana, como todos los días para ir a la escuela, me arreglé lo más rápido que pude y salí del departamento cerrando la puerta tras de mi. Caminé hasta la parada del autobús escolar, obviamente no iba a caminar más de 40 minutos para llegar a la escuela, no con la mochila tan pesada. Estaba ansiosa por llegar a la escuela, más concreta-mente por llegar a la clase de matemáticas. No me lo tomen a mal, odio las matemáticas como cualquier persona normal, no es mi culpa que esta sea la única clase que comparto con él. Al subir

Prólogo. Era un día completamente normal en aquella ciudad tan anormal. El sol brillaba con mucha intensidad y se respiraba cierto aire de libertad por las calles, principalmente por que faltaba poco para el verano y los jóvenes parecían muy emocionados por ello. En una casa en particular, había una joven que parecía especialmente emocionada por la llegada de las vacaciones de verano. Hacía días que no paraba de decirle a su madre, a su padre, a sus amigas, a su primo, e incluso al cartero, que ya tenia la lista de todo lo que quería hacer en cuanto llegase al campamento de verano. La joven pelir

*Seatle U.S.A.* -Voy a estar bien- Le repetí a mi madre por enecima vez desde que le dije que quería vivir con mis abuelos en Nueva York. -Pero hija...-replicaba de nuevo mi histérica madre. -Estaré bien mama-Le volví a decir a mi madre. -Pero, hija, Nueva York es muy grande, ¿no te vas perder?- Pregunto ansiosa. -Mama ya no soy mas una niña-le dije en tono algo fastidiado-Ademas vas a hacer que pierda el avion. -Tienes razon, pero es que, aun recuerdo cuando eras una nena que me necesitaba-dijo ella con lagrimas en los ojos. -Mama voy a estar bien, y aun tienes a Lizzy- dije seña

-No lo entiendes aun, la vida es dura-dijo el mientras se daba la vuelta. Sentí, como la rabia se habría paso por mi rostro sustituyendo por completo a la tristeza o al miedo. -Eso es todo lo que dirás?!-le grite-"La vida es dura", es el peor cliché que he escuchado salir de tu boca, y mira que he escuchado muchos. El paro en seco y se volteo para verme, no dijo nada solo se quedo alli parado con esa mirada suya tan desafiante, aquella que hace algunos momentos me habria acelerado el corazón  pero ahora no, ahora estaba demasiado enojada como para reaccionar a sus encantos. -Eres un estúpido!- le